About this Artwork
In the early 1970s, Soto Sánchez saw Francisco Oller’s El Velorio (1893), an iconic Puerto Rican painting that depicts a baquiné, a folk Catholic custom that commemorates the death of a child. On the island this tradition resonates with African diasporic belief systems. Soto Sánchez’s version takes place in New York City and is populated by figures that sprout heads from joints and other parts of their bodies. These mutating forms are visual manifestations of ritualized spirit possession central to Santeria. Soto Sánchez formed part of a community of diasporic Puerto Rican artists who, unlike many cultural elites on the island, affirmed the importance of Afro-Puerto Rican culture.
Acerca de esta obra
A comienzos de los años setenta, Soto Sánchez vio la obra de Francisco Oller El Velorio (1893), una pintura emblemática de Puerto Rico que representa a un baquiné, la costumbre popular católica con la que se conmemora la muerte de un niño. En la isla, esta tradición está relacionada con los sistemas de creencias de la diáspora africana. La versión de Soto Sánchez tiene lugar en la ciudad de Nueva York y está poblada de figuras con cabezas brotando de varias partes del cuerpo como las articulaciones. Estas formas mutantes son manifestaciones visuales del ritual de posesión espiritual que caracteriza a la santería. Soto Sánchez formó parte de una comunidad de artistas puertorriqueños en diáspora quienes, a diferencia de muchos miembros de las élites de la isla, afirmaron la importancia de la cultura afropuertorriqueña.